Diario de Burgos
José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


Contradicción

26/09/2023

Vivimos en una sociedad caracterizada por la práctica constante de la contradicción sin ningún propósito de la enmienda. La primera contradicción es la que practicamos los gobernados con los gobernantes. Estos últimos no hacen otra cosa que decirnos que la situación económica es fantástica, con unos datos de crecimiento, de reducción de paro, de incremento de la inversión y del aumento de consumo privado espectaculares y a la vanguardia de Europa. Sin embargo, los gobernados van al supermercado cada vez con más miedo a los precios para saber si les va a llegar para llenar la cesta. Y si han llegado al súper en coche y pasado por la gasolinera es mejor que vayan pidiendo la receta del antidepresivo. 

La macroeconomía debe ir como un tiro, pero los que estamos en la microeconomía no nos hemos enterado. Pero la contradicción también la ejercemos los gobernados cuando decimos que no tenemos para llegar a fin de mes, pero las terrazas y los bares están a tope a nada que el tiempo acompañe. Creo que esta actitud tiene más que ver con las ganas de escapar de la realidad que otra cosa. Y es que la realidad es tan calamitosa que es comprensible que queramos ignorarla.

El asunto de la amnistía no es más que el último en la lista y no tengo dudas de que tragaremos porque nuestro líder máximo ya ha decidido mantenerse en la poltrona. En este caso, va a ser la micropolítica, esa que representa los escasos miles de votos de Junts en relación con el total de votos en las elecciones generales, la que acabe mandando sobre la inmensa mayoría de españoles que no nos merecemos cargar con esta ignominia del derecho de pernada que exige el fugado y que todo apunta a que se le va a acabar concediendo, además de condonar miles de millones de deuda para que queden suavizados convenientemente esos pobres ciudadanos catalanes a los que al parecer hemos venido explotando y robando desde tiempo inmemorial. 

No hay más que echar un vistazo a sus infraestructuras y luego ver las nuestras con esa bateadora durmiendo en Somosierra simbolizando lo que realmente les importamos o, lo que es peor, lo que valemos para ellos. Mejor no lo pensamos.