Como decía la pequeña Carol Anne en la película Poltergeist: «Ya están aquí». El Grupo Ureta Tizona volverá a jugar en la LEB Oro después de renacer de las cenizas del CB Atapuerca y pisar dicha categoría en 2021, aunque en aquella ocasión fuera de manera prácticamente anecdótica. Ahora lo hacen con un proyecto detrás mucho más sólido y un líder en el banquillo, Diego Ocampo, que ha instaurado una filosofía de juego caracterizada por la valentía, la intensidad y la ambición. Este Tizona ha llegado para quedarse.

Todavía está en la cabeza de los seis jugadores que se mantienen respecto al curso pasado la manera en la que se logró el ascenso. Un balance de 21-4 en fase regular culminado con el ascenso y con la Copa LEB Plata de por medio.

Las posiciones que menos han cambiado son las dos más importantes. En el puesto de base renovaron los capitanes Dídac Cuevas y Ayoze Alonso y se les ha unido el veterano Óscar Alvarado. Y en la posición de pívot Abdou Thiam y Garmine Kande seguirán siendo el músculo de la plantilla.

A ellos hay que añadir al alero Rodrigo Seoane y a Joe Cremo, la teórica estrella de la plantilla y el máximo anotador el curso pasado junto a Dídac Cuevas. El resto, son todo caras nuevas.

Hasta ocho fichajes ha añadido el Tizona en su vuelta a la categoría, conformando una importante base de jugadores nacionales y pecando de precavidos con una ficha más (13) de las permitidas (12) debido a la lesión de Jacobo Díaz que se suplió con la contratación del checo David Böhm, que todavía no se ha estrenado.

Todos ellos conforman una plantilla ilusionante que seguirá apostando por el espectáculo. Correr, correr y correr. Intensidad en defensa y mucho tiro exterior en el costado contrario, pero siempre eligiendo la opción sencilla. Preceptos que intentarán traducir en victoria esta tarde en la visita del Valladolid a El Plantío (20.45 horas).