Diario de Burgos

La Segunda División, al rojo vivo

ROBERTO MENA / Burgos
-

LaLiga Hypermotion vive una de las temporadas más igualadas de su historia y a falta de dos jornadas para el final aún no hay nada decidido ni en la parte alta de la clasificación, ni en la baja

El Burgos CF tiene opciones matemáticas de meterse en play off, aunque las reales son mínimas. El Mirandés tiene la sartén por el mango para mantener la categoría. - Foto: Valdivielso y Alberto Rodrigo

Solo faltan dos jornadas por disputar en la Liga Hypermotion y todavía no hay ningún equipo que se haya asegurado el ascenso -el Leganés es el que más cerca lo tiene- o que esté matemáticamente descendido -Villarreal B y Andorra lo tienen harto complicado-. Todo se decidirá en las dos últimas fechas de una competición de la que sus protagonistas siempre advierten que se hace larga. En estos momentos, 19 de los 22 equipos que componen la competición se están jugando algo. Hay algunos, como el caso del Burgos, cuyas opciones son ínfimas, aunque matemáticamente se mantienen en la ecuación. Así las cosas, solo Tenerife Cartagena y Albacete están en tierra de nadie, ni pueden alcanzar el play off ni tienen peligro de caer al descenso. El resto tiene mayor o menor implicación en una de las dos posibilidades.

En la zona alta de la tabla clasificatoria, el ascenso directo parece cosa de tres. El Leganés es el líder y le siguen el Real Valladolid a un punto y el Eibar, que está también a un punto de la escuadra pucelana. Mantienen sus posibilidades Espanyol y Racing de Santander, aunque las cuentas son complicadas. 

La pelea por el play off también está al rojo vivo. Algo poco probable debe pasar para que los cinco primeros no luchen por el ascenso de una forma u otra, mientras que la gran pelea está en la sexta plaza, que en estos momentos ocupa el Real Oviedo. Los del Tartiere tienen dos puntos más que Sporting y Elche, le sacan tres al Racing de Ferrol y cuatro al Levante y al Burgos. El cuadro carbayón juega esta jornada en su feudo ante el Andorra, por lo que parece  un partido adecuado para que dé un paso casi definitivo y deje fuera de la puja a equipos como el propio Burgos CF.

El drama. Hasta ocho equipos están implicados en la lucha por evitar el descenso. La mitad de ellos acabarán en Primera RFEF. Andorra y Villarreal B son los que lo tienen más complicado. Están a cinco puntos de la salvación cuando quedan seis por disputar. Pese a todo, nadie ha tirado la toalla. Ambos juegan esta penúltima jornada fuera de casa y ante rivales de la zona alta. El filial castellonense visitará Zorrilla, donde el ascenso directo está en juego, mientras que el conjunto del Principado juega en Oviedo, con el equipo carbayón a un paso de asegurar el play off. 

Tampoco depende de sí mismo el Alcorcón, que debe ganar y esperar. Juega este fin de semana ante el Levante en el Ciudad de Valencia, otro campo complicado.

Al borde del abismo se encuentra el Mirandés, que tiene los mismos puntos que el Huesca. Ambos tienen la sartén por el mango, pero no se pueden descuidar, ya que la mayor de las amenazas es un recuperado Amorebieta, que además jugará enAnduva su última jornada liguera.

El Eldense es otro de los equipos que mira los toros desde la barrera, pero que aún no tiene los deberes hechos. Una victoria supondría su salvación matemática, pero los de Fernando Estévez cierran la campaña con el Elche y el Leganés como rivales. El mayor temor se vive en Zaragoza, que comenzó la liga pensando en el ascenso. Depende de sí mismo, pero el clima de tensión en La Romareda es de los importantes.

El Burgos CF tiene opciones matemáticas, pero las reales son mínimas

Las cuentas siguen diciendo que el Burgos CF tiene opciones de play off. En estos momentos está a cuatro puntos de la sexta plaza, que es a lo máximo que puede aspirar. Los números se empeñan a mantener al Burgos con vida, aunque las sensaciones que está trasladando el equipo en los últimos partidos no dicen lo mismo. Ha perdido sus dos últimos compromisos ligueros -Eldense en casa y Andorra fuera- en los que podía haber dado un paso adelante en la lucha por meterse entre los mejores. Tras el choque del pasado fin de semana Jon Pérez Bolo, el entrenador blanquinegro, advirtió que el equipo estaba cansado.  
La escuadra burgalesista ha llegado a este final de campaña escaso de gasolina y lo está notando sobre el terreno de juego. Este fin de semana recibe en El Plantío al Tenerife, uno de los pocos equipos que llega a estas alturas de la temporada en tierra de nadie, sin opciones de llegar arriba, ni de caer al descenso.

Los aficionados blanquinegros estarán atentos a lo que ocurra en el Carlos Tartiere entre el Oviedo y el Andorra. Una victoria carbayona dejaría al Burgos fuera de la ecuación de forma matemática. Al conjunto de la ribera del Arlanzón solo le queda regresar a la senda del triunfo y esperar, aunque en el vestuario son conscientes de que solo un milagro les puede meter en el play off. Su intención es acabar la campaña, que ha sido la mejor desde el regreso al fútbol profesional, con una sonrisa y dedicar una última victoria a su entregada afición. Su último partido será en el feudo del Alcorcón que puede llegar a esta última cita ya descendido.

El CD Mirandés, con la sartén por el mango en todas las combinaciones

En Anduva existe una calma tensa. El equipo solo tiene un punto de ventaja con respecto al descenso, aunque dependerá de sí mismo en este final de temporada. Tiene la posibilidad de dejar la campaña vista para sentencia esta jornada en el Carlos Belmonte. Se mide a un Albacete que nada se juega después de una campaña complicada en la que ha vivido buena parte amenazado por el descenso, pero los manchegos solucionaron su curso con el empate ante el Villarreal B.

Una victoria de los rojillos y una derrota del Amorebieta contra el Espanyol permitiría al conjunto que entrena Alessio Lisci alcanzar el objetivo de la permanencia.Si el conjunto vizcaíno no pierde todo dependerá de lo que ocurra en el último choque de la temporada que enfrentará entierras mirandesas a los rojillos y a la escuadra vasca. Precisamente ese duelo es la clave en este tramo final. Así las cosas, el Mirandés se puede permitir el lujo de incluso perder contra el Albacete, ya que pase lo que pase en tierras manchegas seguirá dependiendo de sus resultados. Si el combinado burgalés es capaz de vencer al Amorebieta en el último partido lo tendrá todo solucionado y ninguno de sus oponentes le podrá alcanzar. No obstante, el objetivo es llegar a ese choque con todo solucionado para evitar sufrimientos innecesarios ante un oponente que viene de menos a más y para el que descender no supondría un drama como para otros clubes. El Mirandés se lo toma con calma y se fija en sus últimos partidos, en los que ha tenido más fútbol que puntos.