No se presentan a las elecciones pero tienen poder, tanto que influyen decisivamente en los resultados de éstas en función de cómo relatan los hechos. Se autoproclaman independientes pero a veces no lo son tanto porque deben alinearse con la ideología que les vio nacer aunque, como sucede con los hijos, pueden no ser siempre sumisos a todos los consejos.

Crean opinión, son capaces de hacer que parezca importante lo que no lo es y que carezca de importancia lo que la debería tener. Se les supone comprometidos con la verdad pero sabemos que la verdad tiene perspectivas y depende del lugar desde el que la observes: decía Ortega que nadie puede mirar una manzana y ver de un vistazo todas sus caras -perspectivismo lo llamaba- y los medios están para informar desde su perspectiva, un derecho vigente en los lugares del mundo con un mínimo de libertad, porque eso, la libertad de opinión, justifica su existencia. Los medios de comunicación en todas sus versiones nos acompañan a todas horas ofreciendo su punto de vista. Pero como todo, tienen luces y sombras.

Dos ejemplos: hace no mucho un medio de comunicación digital de los que leemos por aquí, dio la triste noticia de que un joven que se había precipitado había fallecido. La noticia era a la vez dramática y falsa. Me pregunto cómo se puede publicar algo así sin que esa información esté debidamente contrastada. No sé si el medio en cuestión se ha disculpado, pero si no lo ha hecho debería hacerlo. Lo que si sé es el apego al drama que rezuman muchos medios.

Segundo ejemplo: hace unos días la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de esta ciudad, comunicó que la Junta había aprobado la puesta en marcha del grado de psicología en nuestra Universidad a partir del próximo curso. Hasta ahora, Salamanca era destino único en el ámbito público para cursar este grado, Burgos lo será a partir de ahora. Un gran logro, pero apenas ha tenido resonancia en los medios. Lamentable. Reclamamos ser protagonistas y cuando lo somos parece que nos cuesta reconocerlo. Pues vaya desde aquí mi reconocimiento.

Bienvenidos sean los buenos profesionales en los medios, y los buenos lectores que saben distinguir la información de calidad en ellos.