Las atractivas condiciones establecidas por la junta vecinal de Castil de Lences para la gestión del primer hotel rural no han pasado desapercibidas. La bonificación del 50% del alquiler del local, de 700 euros mensuales, que incluye vivienda, se verá reducido a 350 durante el primer año. Un precio más que razonable para un inmueble totalmente rehabilitado «a detalle» que ofrecerá servicio de bar, restaurante y alojamiento en un entorno idílico, al que no se han podido resistir más de 20 personas de diferentes lugares del país dispuestas a trasladarse a la pequeña localidad y comenzar una nueva etapa. 

De todas las propuestas recibidas «destacamos tres procedentes de empresarios del sector de la restauración, sobre todo la de un hombre de Reinosa reconocido en el mundo de la hostelería que nos ha mostrado un especial interés en llevar el negocio», expone el edil Rubén Vallejo. Ya han mantenido alguna conversación y esperan reunirse próximamente. Si bien, la decisión todavía no está tomada y el plazo para presentar las ofertas al correo electrónico hotelruralcastildelences@gmail.com sigue abierto.
Desde el Ayuntamiento recuerdan que buscan principalmente una familia, a poder ser con niños, para que se encarguen del negocio y a la vez fomentar el asentamiento de personas jóvenes en el pueblo.

«Ese requisito lo tendremos muy en cuenta a la hora de la selección, pero también nos resulta muy importante la experiencia en este sector porque queremos ofrecer un servicio de alta calidad», añade. Asombrado por la repercusión que la oferta ha tenido a nivel nacional recalca que «necesitamos un perfil muy concreto de trabajadores y nos hemos dado cuenta que hay personas que nos han enviado su propuesta pero en lo que realmente están interesados es en la vivienda a bajo coste», añade.

El tiempo avanza y las obras llegan a su fin, a pesar de que se han retrasado algunos meses según lo previsto, y calculan que la inauguración del hotel rural se atrasará a «final de verano», aclara el concejal. Con la instalación de luz, electricidad y agua terminada y a falta de colocar suelos, instalar la cocina, los baños, pintar, decorar y ultimar pequeños remates, los vecinos de la pedanía cuentan los días para beberse una cerveza o disfrutar de una rica comida en un local que se ha resistido más de lo esperado. 

El espacio cuenta con cocina equipada para elaborar banquetes de hasta 60 personas y deberá permanecer abierto en junio, julio, agosto y septiembre; los fines de semana, las jornadas festivas y los puentes. También con seis dormitorios dobles -uno de ellos una suite- un salón adaptado para celebrar eventos y actividades culturales, comedor y bar.