Diario de Burgos

El futuro tecnológico está en el colegio rural

I.M.L. / Sotillo de la Ribera
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Los alumnos del CRA Siglo XXI se alzan con el primer y tercer premio de una nueva edición de RuralBotics. Tras todo un curso de aprendizaje, manejan el robot como si fuese un juego

Irene, Martina, Elyas y Nuño son los alumnos integrantes del equipo que van a clase en el centro de Sotillo de la Ribera. - Foto: I.M.L.

Los colegios rurales en la comarca ribereña están a la cabeza del uso de la tecnología para fijar los conocimientos con los que trabajan en las aulas. Más allá de tablets y pizarras digitales, algunos han dado un paso más, introduciendo la robótica en las aulas. Y con muy buenos resultados. Prueba de ello es el Colegio Rural Agrupado (CRA) Siglo XXI, que ha logrado el primer y tercer premio de la competición RuralBotics, que organiza la Fundación ASTI y que en esta edición ha contado con la participación de más de 130 alumnos burgaleses pertenecientes a siete CRAs. 

Este grupo de 14 alumnos ha trabajado en equipo desde las tres sedes del colegio, Sotillo de la Ribera, Gumiel de Mercado y La Horra, para lograr el mejor tiempo en las pruebas que han superado, programando su pequeño robot. Y todo un curso practicando les ha hecho tener muy clara la dinámica. «Había que hacer un laberinto, letras, un sigue-líneas y un tira-latas. Tienes bloques y los vas poniendo para programar», explica Mencía Bonet Figuero. «Había que intentar pasar el laberinto en el menor tiempo posible y sin tocar las paredes», añade Jose Manuel González Morate. «En un círculo con tres latas, tenías que programar el robot para que tirase las latas sin salirte del círculo y en el menor tiempo posible», da detalles de otra de las pruebas Martina Ruiz Badiola.

Unos rudimentos de programación que son básicos, pero que van a más allá de hacer que un robot cumpla órdenes. «Hemos aprendido a programar el robot, los ángulos, las distancias,... Es un conocimiento más», especifica Mencía. Porque el claustro de profesores, sin los que participar en este tipo de iniciativas sería inviable, resalta que esta herramienta ayuda a fijar otros conocimientos. «No es programación como fin, que podría ser, sino que es un medio para aprender otras cosas como matemáticas, te sales de los ejercicios típicos y trabajas el pensamiento computacional, son habilidades que no se marcan en ninguna asignatura, pero desarrollan el pensamiento lógico», resume las utilidades de RuralBotics el director del CRA Siglo XXI, Enrique López.

Cristina Ortega con sus alumnos de Gumiel de Mercado. Cristina Ortega con sus alumnos de Gumiel de Mercado. - Foto: DB

Eso sí, la participación en esta competición provincial les ha servido a los alumnos para conocer una rama tecnológica más, aproximándose a ella casi como a un juego, lo que ha hecho que se lleven un grato recuerdo de la competición. «Fue divertido, pero difícil porque había mucha competitividad», reconoce Mencía. «Fue muy chulo porque es una cosa más que haces y mola mucho», confiesa José Manuel. «Esta es mi tercera vez y lo que más me gusta es cómo se mete la programación en el robot para que lo haga», destaca Martina. «Es una nueva experiencia porque tampoco te vas a poner a programar el ordenador para que si buscas una cosa te entre a otra», asegura Irene Delgado Meruelo.

Josué Martínez (de pie) es el profesor del aula de La Horra.
Josué Martínez (de pie) es el profesor del aula de La Horra. - Foto: DB

«Lo que más me gustaba era el tira-latas, lo más difícil fue el sigue-líneas», añade Elyas Harikane por su experiencia. «Era la primera vez y yo pensaba que no nos iban a salir las cosas pero salí maravillado, me encantó y me quedé con ganas de más», apunta uno de los más jóvenes, Nuño Meruelo Alonso. «Me lo he pasado muy bien, porque aprendí cosas como cómo controlar el robot», añade Abdelmajid Jebbour, y Yasser El Alaoui El Maymouny completa este análisis de sensaciones, asegurando que «me ha gustado mucho la experiencia, hemos conocido chicos nuevos» y que repetiría.