Diario de Burgos

«Una ingesta severa -de alcohol- puede matar»

I.E. / Burgos
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«Con el nivel de conciencia deprimido, los vómitos pueden obstruir las vías aéreas y causar la muerte», afirma la médica de Urgencias Olena Zhygalova

Olena Zhygalova y Vicente Priego. - Foto: Valdivielso

El abuso del alcohol provoca trastornos de salud a medio y largo plazo. Es una evidencia. Sufre el hígado, el corazón, el cerebro y otros órganos del cuerpo humano. Pero una intoxicación severa puede desde provocar una miocarditis a incluso la muerte. Lo explica Olena Zhygalova, médico de Urgencias en el Hospital Universitario (HUBU). Cuando se cae en un estado de «bajo nivel de conciencia» y al afectado le sobrevienen vómitos «entra dentro de lo posible que se produzca lo que se conoce como una broncoaspiración, la aspiración accidental de sólidos o líquidos por vías áreas, que pueden llegar a obstruirse» y provocar el fallecimiento de la persona.

Incluso en bebedores habituales resulta muy difícil saber dónde tiene cada persona el límite de tolerancia al alcohol. «De tomar dos o tres cervezas y comprobar que uno se encuentra más desinhibido o más alegre al extremo en que uno está a punto de perder o pierde la conciencia hay una línea muy delgada», advierte la doctora Zhygalova. Y cruzarla en ocasiones depende de una cantidad muy pequeña de bebida. 

Cuando se atraviesa ya no hay vuelta a atrás. La depresión de los niveles de conciencia obliga a tratar médicamente esos casos, muchos de los cuales quedan horas en observación porque el alcohol no tiene antídoto que revierta la situación en pocos minutos. «Los opiáceos o las benzodiacepinas si los tienen y podemos dar el alta a los que han abusado de esas sustancias con bastante prontitud», agrega el doctor Priego.

Un coma etílico puede dar lugar también a miocarditis por el elevado consumo de tóxicos. «Cuando consumes mucho alcohol de una sola vez sometes al corazón, que al fin y al cabo es un músculo, a tal nivel de estrés y presión que es como sufrir un infarto», explica el jefe del servicio de Urgencias, Vicente Priego. 

La ingesta continuada en el tiempo provoca otro tipo de dolencias, como «varices esofágicas, hemorragias digestivas, alteraciones del hígado, del corazón o neurológicas». De hecho, la mayoría de los casos graves de intoxicación etílica que llegan al HUBU «se dan en personas mayores de 55 años», algunos de los cuales precisan «ser ingresados», dado su «gran deterioro físico». Si en el caso de los menores «es a los padres» a quienes tienen que llamar desde Urgencias, cuando se trata de un adulto de esa edad «no es extraño que sea uno de sus hijos con el que hay que contactar».

En muchos adultos el abuso del alcohol está combinado con el consumo de tabaco o incluso con el de otro tipo de sustancias, con lo que su nivel de deterioro «es aún peor». En muchos casos estas personas, la mayoría hombres, precisan ser hospitalizadas. Por cada dos intoxicaciones etílicas de varones se produce una de una mujer.

La mayoría de quienes sufren un episodio de esta naturaleza termina en el HUBU, «es muy raro que sea trasladado a un centro de salud», ya que el personal sanitario de ambulancias y UCIs móviles saben que es en el hospital donde hay más y mejores recursos para atender una emergencia con una persona con los niveles de conciencia deprimidos. Cuando la recobran vuelven a su casa pero, tristemente, muchos de ellos «no tardan en volver a aparecer».

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