Diario de Burgos

Cada vez menos oferta y más cara

F.L.D. / Burgos
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Los estudiantes se quejan de que cada septiembre los caseros suben los arrendamientos y piden más medidas de control

Desde el Consejo de Alumnos de la Universidad de Burgos (CAUBU) indican que las subidas anuales comenzaron en 2021. - Foto: Alberto Rodrigo

Desde hace un par de años, una de las cuestiones que más se ha tratado en el seno del Consejo de Alumnos de la Universidad de Burgos (CAUBU) es el precio que tienen que asumir los estudiantes por el alquiler de habitaciones o pisos. Hay, según indican, cada vez menos oferta y más cara. En septiembre tienen que renegociar los pagos y mantenerlos ya se ha convertido en todo un logro. Consideran que, si no se regula, tener un techo decente se va a convertir en un lujo. 

«Como la situación siga así, nos vamos a convertir en Madrid o Barcelona», advierte Imanol Bello, secretario del CAUBU, quien no sólo es conocedor de muchas historias de subidas de precios, sino que también lo ha sufrido en sus carnes. «Por suerte, yo he conseguido mantener el alquiler del año anterior, pero es algo cada vez más difícil. Lo normal es que cada septiembre lo suban», expone. 

Las cosas empeoraron, puntualiza, en 2021. Encontrar habitación antes de comenzar el curso es una odisea para muchos estudiantes, más allá de tener un precio asequible. «No hay tanta oferta como antes. Ya no solo en la zona universitaria, donde se busca tener cerca la facultad, sino en otros sitios de la ciudad», indica Bello, quien opina que la mayoría de pisos «o no se ponen en alquiler o se destinan a turismo». 

Esta lectura es acertada, a juicio de lo expuesto por el gerente de la Cámara de la Propiedad, José Muñoz Plaza, quien reconoce que de un tiempo a esta parte son cada vez más los propietarios que optan por destinar sus pisos a un uso vacacional para someterse a una legislación diferente a la ley de arrendamientos urbanos y esquivar los vericuetos legales en caso de impagos. Por otro lado, insiste en que la ley de vivienda mantiene en vilo a muchos dueños de inmuebles. 

El que paga los platos rotos de una situación de contracción de mercado suele ser el eslabón más débil de la cadena. En este caso, son los estudiantes. Porque a menos oferta y mayor demanda, incremento de los precios. Desde el CAUBU advierten de que ahora se paga más que hace tres años en la zona universitaria y también en el entorno del campus de Río Vena. «Al final, no puede ser que cada septiembre te suban los precios», protesta Imanol Bello.  

Si ya de por sí arrendar una habitación empieza a ser difícil y caro, barajar la posibilidad de no compartir piso siendo estudiante es una quimera. «A día de hoy es inviable casi para cualquiera. Todos hacemos balance de lo que nos podemos pagar por tener una habitación. Y, ojo, que tampoco estamos pidiendo una vivienda de lujo, pero un mínimo habitable», sostiene el secretario del CAUBU, quien opina que se antoja necesario un mayor control del mercado, más aún tras la entrada en vigor de la nueva ley de vivienda.