Es un día entre semana, pero Domingo y Rosa se han puesto la ropa de fiesta y se disponen a viajar hasta la palentina localidad de Cervera de Pisuerga, donde llegarán a tiempo de tomar el vermú y pasar la tarde. Otros días el destino para el aperitivo es Burgos o Montorio, dicen los dos vecinos de Santibáñez que al estar jubilados se pueden permitir ese 'lujo' de planificar y disponer del día. 

Y es que acostumbrados a acercarse al bar La Zarza a diario, e incluso Rosa a echar la partida con  un grupo de mujeres por las tardes,  desde el 1 de julio pasado, ambos reconocen estar fastidiados y «a falta de algo», porque en los pueblos el bar es el centro de reunión y de alterne. «Si es que aquí no hay otra cosa», recalcan.

Son tres meses ya con el establecimiento cerrado y lo que más duele a los residentes es la forma en que se ha producido, con una 'okupación' del local en toda regla, aunque algunos dicen que ya lo venían venir, «y parece que va para largo», se queja Domingo.

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