Diario de Burgos

«La lectura gratuita es un derecho fundamental»

I.M.L. / Aranda de Duero
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La plaza de bibliotecario llevaba 8 años vacía, tras la jubilación del único que la ha ocupado desde su creación, Manuel Arandilla. Después de tres intentos, se pudo completar este concurso oposición y la biblioteca arandina ya tiene quien la dirija

Olaia Rueda, en la biblioteca municipal de Aranda - Foto: I.M.L.

Su formación universitaria es en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, de donde se fue a Reino Unido para especializarse Comunicación Corporativa. La labor profesional de esta guechotarra la llevó a Panamá con una beca de seis meses para regresar a España a trabajar en la comunicación web de una empresa. Sin embargo, quiso cambiar su rama laboral y empezó a estudiar Biblioteca, logrando una plaza de auxiliar en la localidad asturiana de Peñamellera Baja, donde ha trabajado dos años y medio hasta lograr la plaza de bibliotecaria en Aranda. 

¿Por qué ese cambio de profesión?
Yo trabajaba en la comunicación de la empresa y no me gusta lo que hacía. Siempre he pasado mucho tiempo en las bibliotecas y pensé 'ya que paso todas mis tardes en la biblioteca, por lo menos a ver si consigo que me paguen por ello', me compré los manuales y empecé a estudiar. 

¿Qué es lo que te atrae de las bibliotecas?
Me gusta que sean lugares tranquilos y siempre estoy en bibliotecas. Desde bien pequeña iba a hacer los deberes de la biblioteca, luego de adolescente y en la universidad, echaba muchas horas como todos los estudiantes, y he mantenido la costumbre de adulta. Iba a ratos a leer y me gustaba estar allí. 

¿Y porqué Aranda?
Coincidió que salió la plaza y me apunté. Quedaría mejor decir que me apunté porque desde pequeña era un sueño venir aquí, pero no es la realidad. Me apunté a más ciudades, en Madrid hice algún examen de facultativo de bibliotecas, eso sí, todo de Madrid para arriba. 

¿Cuál ha sido su primera impresión de la biblioteca de Aranda?
Que es muy grande; claro, yo venía de una biblioteca de un pueblo muy pequeñito, de una biblioteca diferente pero bonita también. Aquí está todo mucho más separado en secciones, el fondo es mucho más grande, es una biblioteca muy completa y con la que se pueden hacer muchas cosas.

¿Y cómo le ha recibido la plantilla?
La verdad es que muy bien, me están ayudando mucho. Al final esta biblioteca que llevaba ocho años funcionando bien sin bibliotecario, son gente que ya tiene muchos años de experiencia y que sabe muy bien cómo funcionan las cosas. Me están enseñando cómo se hacen cosas que yo no había hecho nunca, me están enseñando la biblioteca y sus fondos. La verdad que estoy muy contenta. 

¿Y cómo ha sido la recepción por parte de los usuarios?
He podido estar en poquitas actividades. La semana pasada tuvimos unos voluntarios que vinieron a leer cuentos en la actividad de 'A leer sin parar' y ahí sí que me presentaron y, la verdad, que la acogida fue muy calurosa, tanto por parte de los padres como de los niños y hombre. Eso es algo bonito de tu trabajo, porque los bibliotecarios tenemos al final un trabajo generalmente muy agradecido, a la gente le gusta que estés. 

Más allá del día a día, ¿han comenzado a trabajar en los proyectos a impulsar desde la biblioteca?
Estamos en un proceso de juntarnos todas para ver las ideas que tenemos, porque ellas igual tenían muchas ideas que no habrán podido hacer, que se les habrán quedado en el tintero. Estamos mirando también la actividad en redes sociales e intentar entre todas hacer un plan de futuro más definido. 

¿Y usted trae algún proyecto para poner en marcha?
Yo creo en la biblioteca pública como un sitio de encuentro, al que pueda venir gente de todas las edades, donde podemos hacer actividades diferentes. Es un sitio donde puedes coger libros y leerlos aquí o llevártelos a casa. Eso es espectacular, porque la lectura gratuita creo que es un derecho fundamental, pero la biblioteca también tiene que ser un sitio donde venga la gente a hacer cosas en torno a la lectura y los libros. Mi plan, y creo que mis compañeras están en la misma línea, es hacer actividades que favorezcan que los vecinos y las vecinas de Aranda vengan y se sientan como en casa. Yo creo que van a salir nuevas actividades que espero que gusten y que animen a la gente a venir. 

La salud de una biblioteca se mide por su número de usuarios, ¿en qué punto se encuentra ahora la de Aranda?
Es un número alto, me sorprendió, porque hay 22.939 carnés expedidos aquí, pero tenemos usuarios de la Red de Bibliotecas de Castilla y León, por lo que la cifra real de usuarios es mayor. Lo que nos da una referencia más real de la vida que tiene esta biblioteca es el número de préstamos que se realizan, que el año pasado fueron 44.472 documentos, entre libros, material audiovisual o publicaciones seriadas, además de otros documentos a disposición de los usuarios.