Diario de Burgos

Las otras víctimas inocentes de una tragedia

I.P. / Iglesiapinta
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Con la cuenta embargada y a la espera de juicio por el atropello mortal a una mujer en Iglesiapinta, Eusebio Juez deja a su suerte a las vacas, que agonizan en el campo. Tiene un comprador pero no le permiten llevarlas a Carazo. Ya no las alimenta

Desde el jueves permanece tirada junto a la carretera una vaca que estaba a punto de parir y murió, situación que denuncian varios vecinos de la zona. - Foto: Valdivielso

Alguien ha tenido la 'delicadeza' de tapar su vientre con una lona negra, pero la vaca permanece tirada en el campo, al lado de la carretera donde murió el pasado jueves. Estaba preñada y los buitres han dado buena cuenta del ternero que no llegó a nacer.

Es la suerte que ha corrido una de las reses propiedad de Eusebio Juez, un ganadero de Iglesiapinta que en agosto del pasado año atropelló mortalmente a una mujer en el pueblo mientras estaban con el ganado en el campo.

Desde aquel momento, la vida cambió para todos en esta pequeña localidad de la comarca de Tierra de Lara que apenas cuenta con una veintena de vecinos a diario, entre ellos Eusebio y su hermana, y la familia de la víctima, ambas unida, por otra parte, por lazos de parentesco.

Una vaca muerta y abandonada al lado de la carretera en Iglesiapinta.Una vaca muerta y abandonada al lado de la carretera en Iglesiapinta. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Eusebio, que iba ebrio y sin carné en el momento del trágico suceso, está en libertad y a la espera de juicio, con las cuentas embargadas, excepto una «pequeña» que tiene con su hermano «que me dejan para sobrevivir», apunta él mismo.

Esa situación se está cobrando otras víctimas inocentes, como son los animales de su explotación ganadera, con 42 vacas y 22 terneros nacidos ya en marzo del pasado año. Mientras tuvo comida y todavía había pastos en el cercado donde las tiene, las reses se mantuvieron en buen estado, como han estado también desde octubre que apalabró su venta con Moisés Pinilla, otra ganadero de la cercana localidad de Carazo, quien las ha alimentado desde entonces, llevando varios camiones de paja y pienso al campo mientras ambas partes tramitaban el papeleo para la venta en la Junta de Castilla y León.

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