Diario de Burgos

Un desayuno que cambia vidas

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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Voluntarios de San Lorenzo comparten desde hace 6 meses la primera comida del domingo con personas sin recursos y/o sin hogar. «Aquí empiezan a hacer red social», aseguran

Un desayuno que cambia vidas - Foto: Valdivielso

Estefanny Pereira, de 22 años, emigró de Venezuela hace cuatro meses, «por motivos económicos y de oportunidades», y recaló en Burgos, donde vivía su pareja, con una mano delante y otra detrás. Cáritas le dio alojamiento y formación, mientras que las Hijas de la Caridad le garantizaron la comida. Pero, a pesar de eso, estaba en una situación  «de sin hogar y sin dinero». Y, sin embargo, asegura que «no me he sentido indigente en ningún momento; ha sido como si no tuviera problemas». Algo que atribuye, sin dudar un segundo, a «los domingos en San Lorenzo». Es decir, a lo que en la céntrica parroquia han denominado 'compartiriado': preparar un desayuno abundante, para más de 50 personas, que los voluntarios comparten en las mesas con las personas sin hogar y/o sin recursos que se acercan hasta allí, con independencia de su origen o de su religión. «Aquí te acogen de verdad; te sientes acompañado, escuchado e incluso abrazado si lo necesitas. Te dan ese calorcito», añade.

Esta joven venezolana acaba de salir del albergue de Cáritas con el apoyo de Accem, que le ha conseguido plaza en una vivienda. A la vez, está haciendo un curso para conseguir un certificado de limpieza industrial de la mano de Cáritas. Es, a su vez, ejemplo de cómo se coordinan las entidades sociales para que quienes tienen necesidad reciban apoyo para abrir un nuevo capítulo en su vida. A esta red se ha sumado San Lorenzo con sus desayunos dominicales, que empezaron hace seis meses y, desde el principio, con la intención de que no se limitaran a la entrega e ingesta de unos alimentos. Y, como ellos dicen, «ya hemos visto milagros», porque hay un par de casos de reversión del sinhogarismo.

Una coordinadora de la iniciativa, Arancha Elúa, explica que lo denominaron 'compartiriado' porque «en el voluntariado la mirada es vertical, de arriba hacia abajo, y aquí no; nos miramos a los ojos y compartimos nuestras vidas. Así que en los desayunos no solo ellos nos cuentan a nosotros, también se da la relación inversa». Unas palabras que el cura de la parroquia, Enrique Ybáñez, más conocido como Quique, remacha explicando que en esas primeras horas del domingo «no es que haya gente que atiende a quien no tiene techo u hogar, es que esas personas inician amistades con gente de Burgos. Comienzan a hacer red social, porque van por la calle y ven a personas con quienes ya han tomado un café. Y empiezan a tener su lugar».

Cuentan que la idea surgió en las 'horas santas' del joven movimiento cristiano Hakuna, unas charlas a las que suceden oraciones con música y que se celebran en San Lorenzo varios días a la semana. «En la adoración la gente se va comprometiendo y de la oración surge un compromiso social también», apuntaba Ybáñez el pasado domingo, en medio de un salón parroquial repleto de gente. «Ahora, con el buen tiempo, vienen menos, pero hemos llegado a tener a 60 y a 70 personas desayunando; a veces, incluso, hacen  cola antes de que abramos», dice.

(Reportaje completo en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos o aquí)