Diario de Burgos

La élite nacional tiene sello arandino

RODRIGO C. LEÓN / Aranda
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El deporte femenino ribereño escribe con letras de oro uno de sus capítulos más gloriosos. María Antón y Carla Andrés ya saben lo que es estrenarse por la puerta grande en la máxima categoría

María Antón - Balonmano Aula Cultural (i) y Carla Andrés - S.D. Eibar

El deporte femenino arandino vive una época dorada. La élite futbolística y balonmanística ya conoce la madera del trabajo y esfuerzo de la base arandina tras dos impecables debuts de Carla Andrés y María Antón. Ambas han puesto la primera piedra personal en su trayectoria deportiva en la élite y gracias a ello han escrito las letras pioneras de futuras referentes para toda la Ribera del Duero, algo más necesario que nunca con el auge merecido del deporte femenino.

Carla Andrés sabe bien lo que es crecer en plena reivindicación. Criada en las inferiores de la Arandina y forjada en Parquesol y Racing de Santander, apostó todo a su gran pasión, que comenzó a dar sus primeros frutos el curso pasado con el Eibar. Como armera logró un meritorio ascenso a la Liga F y apenas 17 minutos en la máxima categoría la bastaron para dejar huella hace dos fines de semana. La zaguera aprovechó su poderío físico a la salida de un córner y abrió el marcador en lo que sería finalmente la primera victoria del Eibar en su regreso a la Liga F (1-2). "Haber esperado para tener un debut tan bonito fue todo un sueño". Respecto a los instantes después del tanto, Carla se queda con la "rabia" interna y con "el abrazo con todo el equipo".

"Haber esperado para tener un debut tan bonito fue todo un sueño"

Ahora, con el objetivo de la salvación por delante, la propia Carla admite el aumento de nivel de esta categoría. "Estamos notando el enorme paso entre las dos divisiones. Pero yo veo el equipo y a mi misma preparadas para sacar esto adelante". Aferrada a su "autoexigencia" y con "la ilusión de competir frente a referentes como las campeonas del mundo", la arandina augura un año cargado de aprendizajes y superación.

Con un gol también llegó el estreno de María Antón con el CD BM Aula Cultural de Valladolid. La canterana del Villa de Aranda debutó en la Liga Guerreras Iberdrola en septiembre de la manera más inesperada posible, dado que su equipo natural es el filial. "Hice la pretemporada con el primer equipo, pero no contaba con jugar más allá de los amistosos. Pero el lunes se lesionó una de las extremas y ahí ya sabía que me tocaría jugar", recuerda.

Sin embargo, la presión no hizo la mella suficiente para contrarestar los posibles nervios en la élite. "Estaba tan contenta y las compañeras me ayudaron tanto, que no sentí apenas nervios". De esa semana previa, María recuerda una conversación clave con el entrenador. "Me dijo que si estaba ahí era porque confiaba en mí y que demostrara lo que valía. Todo el cuerpo técnico me calmó mucho".

"Más allá del momento, te acuerdas de todo el trabajo que ha conllevado antes"

Ya en Oviedo y con el minuto 15 en el luminoso, llegó la recompensa a años de trabajo en forma de estreno. "Cuando entré el partido estaba muy ajustado. Recordé mucho la cantidad de veces que me dijeron que lo disfrutase y eso es lo que hice". Y precisamente ese disfrute la permitió anotar su primer gol en la máxima división. "Más allá del momento, te acuerdas de todo el trabajo que ha conllevado antes. Tienes que sacrificar muchas cosas".

A pesar de las experiencias vividas, María Antón pone los pies en el suelo y focaliza su desarrollo deportivo a base de trabajo. Por el momento, continúa integrada en dinámica de filial y con el firme objetivo de lograr el ansiado ascenso con el segundo equipo. "Tengo que seguir mejorando y estar preparada para volver a subir en cualquier momento. Es un sueño competir con ellas", cuenta con una sonrisa.

Con el primer paso dado y cientas de ilusiones por cumplir, ambas coinciden en el orgullo que supone representar a su tierra y reivindicar los primeros pasos del deporte femenino. A base de trabajo, diversión y disciplina, las más jóvenes ya tienen sus primeras referentes sobre las que poner los ojos mientras recorren el camino de sus sueños deportivos.