Diario de Burgos

Talento femenino para retos científicos

L.N. / Aranda
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Celia, Natalia, Ainoa, Sara y Nicole, alumnas del colegio Claret, en Aranda, triunfan a nivel nacional con una balsa para recoger microplásticos

El grupo de alumnas posa junto a su profesora, Susana Miranda, con el prototipo que diseñaron durante varios meses. - Foto: L.N.

Un día, la profesora de Física, Química y Biología del colegio Claret, Susana Miranda, entró en clase y planteó a sus alumnas de cuarto de la ESO si estaban interesadas en participar en un concurso de ámbito nacional. El grupo de amigas y compañeras formado por Celia Peña, Natalia González, Ainoa Tejero, Sara González y Nicole Orellana no tuvo ninguna duda y, en ese mismo momento, le dieron un sí rotundo. A partir de entonces comenzaron a dar vueltas al reto que suponía concurrir a la segunda edición de RedeSTEAM, un certamen creado por el operador de infraestructuras Redeia que busca fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas en chicas de 14 a 16 años. Se trata despertar en las jóvenes el interés por contribuir a un mundo más sostenible. Algo que las arandinas han logrado... y con nota. Porque este grupo de estudiantes, a base de mucho trabajo y esfuerzo, se ha alzado con la victoria. 

Primero se decantaron por la categoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Como explica Ainoa, su colegio «siempre se implica en proyectos solidarios». Se refiere a la labor que desarrollan con la Fundación Proclade y que precisamente durante el curso pasado pusieron en marcha un proyecto llamado 'El curso del agua'. A ello se suma que todos los años toman agua del río Duero en clase y la analizan. «Contamos con una unidad didáctica sobre ello. Vemos que la temperatura sube y que la calidad cada vez es peor», explica su profesora. Así que juntando ambas ideas nació la candidatura de H2Oceans formada por Celia, Natalia, Ainoa, Sara y Nicole. 

Tras realizar una lluvia de ideas, fueron dando forma a su proyecto: un prototipo de balsa sostenible para la recogida de microplásticos y la limpieza de agua. Este modelo está construido con materiales reciclados como el corcho y funciona con energía solar. Una vez elaborado, llegó el momento de probarlo. Las alumnas cuentan que echaron purpurina, sal y pasta de dientes con microcristales en el agua y que la balsa fue recogiendo cachitos tanto de purpurina como de microcristales. «Ha habido mucho ensayo-error para llegar a ese punto», detalla su profesora, que destaca el talento demostrado por las cinco. Cuenta que aprovechaban los recreos para trabajar en su balsa y que volvían al colegio algunas tardes para avanzar. Y, al final, como valoran todas, lo han conseguido. Su profesora les ha animado durante este tiempo. Ella mejor que nadie sabe que «dentro de las ciencias no te puedes rendir, que se trata de un trabajo continuo y disciplinado, que implica trabajar todos los días para salir adelante».

Pues bien, las cinco se han esforzado «muchísimo y muy bien». Esta semana se han desplazado durante dos días a Madrid para participar en unos talleres con el equipo de divulgadores, científicos e investigadores de Big Van Ciencia sobre ingeniería, robótica, programación o creatividad científica. Todas recomiendan «sin dudar» a chicas de su edad que participen en este tipo de iniciativas, porque el aprendizaje que se llevan «es inmenso».