Diario de Burgos
José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


Que me quiten septiembre

10/08/2023

Agosto es sinónimo de una especie de anestesia general pactada en forma no escrita. Un trampantojo masivo. Tardamos dos o tres días en perder las rutinas para sumirnos en otro mundo idílico dispuesto para recibirnos y suprimir de un plumazo todas las defensas construidas a lo largo del año. En verano todo vale. En mi caso, dejo de leer asiduamente periódicos, apenas escucho mi gran vicio que es la radio y desde luego hace una semana que no veo las noticias de la tele. Podría decirse que estoy desconectado casi absolutamente si no fuera porque los grupos de whatsapp sigue activos y me mantienen al día de aquellas cuestiones más personales y cercanas. Supongo que lo único que temo es volver a la realidad con esa llamada de teléfono que tiende a producirse en vacaciones que atiendes con aprensión ya que tu sexto sentido se activa para alertarte sobre su contenido. 

Pero volviendo al verano, hay que decir que la vida se mueve en torno a cosas sencillas. Al menos ese es mi caso. Las rutinas se ciñen a llevar a los nietos al campamento matinal, liberador de horas de juegos que te dejen hecho polvo, a hacer algunos recados relacionados con lo cotidiano, algo de bricolaje casero y por la tarde esperar sin ningún éxito que la sintonía de la llegada de la furgoneta del heladero ambulante pase desapercibida a los niños de casa para evitar tener que lanzarnos a una carrera hasta la plaza antes de que reemprenda el camino. Seguimos con el estrés aunque este sea de otro tipo. Todo esto sucede mientras nuestros amados líderes se fueron dejándonos atónitos. Uno porque perdiendo las elecciones montó una performance desde el primer minuto de la noche electoral de ganador inexpugnable y el otro porque ganando las elecciones no pudo evitar dar la sensación de decepción absoluta. Cosas de la mercadotecnia. Entre los dos partidos suman pero ninguno quiere dar al otro lo que la gran mayoría de votantes hemos querido expresar. Volveremos a la dictadura de los extremos. Si Sabina se quejaba de que le habían quitado el mes de abril yo pido que este año me quiten el de septiembre. Y ya puestos a pedir también octubre.

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