Diario de Burgos

Drones contra el fuego

FERNÁN LABAJO / Burgos
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El Seprona (Guardia Civil) empleará estos dispositivos aéreos para prevención e investigación. La Fiscalía solicitó informes de lugares con especial riesgo, que son sobre todo parajes protegidos

Incendio ocurrido en Castro Valnera (Espinosa de los Monteros) a principios del presente año. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Ha tardado en llegar, pero el calor cada vez es más sofocante, aunque estos días nos da un respiro. Se acerca la época más crítica para los montes y bosques de la provincia. Aún está muy vivo el recuerdo del funesto verano de 2022, en el que los incendios devoraron casi 4.000 hectáreas de superficie, la gran mayoría arbolado. Las administraciones cada vez están más coordinadas en la prevención y también en la investigación. La Fiscalía, por ejemplo, solicitó un informe sobre las zonas más críticas o con mayor peligro de siniestro. Un mapeo centrado, sobre todo, en aquellos parajes protegidos o donde las malas experiencias recomiendan estar muy alerta. Por su parte, el Seprona de la Guardia Civil cuenta cada vez con más medios. Este año, por ejemplo, tendrá a su disposición drones que les permitan ser más precisos en los diagnósticos.

Tras el mencionado fatídico 2022, que a buen seguro quedará en la memoria de los vecinos de la comarca del Arlanza y los alrededores de Silos, el pasado ejercicio fue extremadamente tranquilo. La meteorología acompañó. Las abundantes lluvias de finales de mayo y principios de junio favorecieron a que no se registrara ningún siniestro siquiera similar al de Santibáñez de Esgueva.

Según la Consejería de Medio Ambiente, el pasado año se declararon en la provincia de Burgos 99 incendios, la gran mayoría conatos, y ardieron 426 hectáreas de terreno. Una superficie que fue principalmente forestal, concretamente matorral. Comparadas con las cifras del año anterior, cuando se contabilizaron más del doble de siniestros que devoraron cinco veces más, se puede decir que 2023 fue uno de los más tranquilos que se recuerdan.
La meteorología, que es cambiante, permite un vaticinio optimista de cara al verano. Pero José Ramón Jiménez, delegado de Comisiones Obreras en cuestiones medioambientales, entiende que la Junta de Castilla y León no puede estar toda la vida dependiendo del tiempo. «Tenemos que ser muy prudentes. A día de hoy no hay riesgo extremo, pero dentro de un mes todo puede cambiar. Por eso es necesario ampliar el operativo, algo que está incumpliendo la Consejería», defiende.

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