La tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria desde 1904, pero esta primavera ha ganado protagonismo en Burgos porque en mayo declaró un brote entre alumnos de cuarto de la ESO del instituto Comuneros. De momento, el foco se mantiene con un único contagio, ya que todavía no hay resultados de los cultivos que se hicieron entre los estudiantes 'sospechosos' de haberse contagiado.

El jefe de Epidemiología en Burgos, José Luis Yáñez, explica que los cultivos tardan 45 días en dar resultados y que, solo a partir de ese momento, se puede diagnosticar la enfermedad. «Estamos pendientes», dijo.

No obstante, la tuberculosis es una enfermedad bastante estabilizada en la provincia. El año pasado se confirmaron 23 casos, mientras que en 2021 fueron 20 y 32 en el 2020. Casi los mismos que en 2019 (34), pero en el 2018 se notificaron 24. «En lo que va de 2023 llevamos siete», dijo Yáñez, subrayando que, en todo caso, «son incidencias bajas».

También estabilizadas están las meningitis, tanto bacterianas como víricas o las salmonelosis (74 en 2022).

En cuanto a las paperas, que hace tres o cuatro años estaban disparadas, la tendencia es descendente. Pero Yáñez destaca que la vacuna (la triple vírica, para sarampión, rubéola y paperas) protege menos frente a esta enfermedad.