Diario de Burgos

Destacando entre profesionales

Á.O. / Burgos
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Rubén Herrera tiene en el motocross su hobby, no su profesión, y aun así es campeón regional de la categoría MX1. Este fin de semana quiere impulsar a Castilla y León al podio nacional

Rubén Herrera, durante una competición de motocross. - Foto: DB

Rubén Herrera sabe que el motocross es un deporte de nicho. Es más consciente que nadie de que «solo los mejores pueden vivir de esto» y también de que el riesgo en cada competición es muy alto, pero a sus 22 años la ambición lo puede todo y, tras conseguir matemáticamente el título en el Campeonato de Castilla y León el pasado fin de semana en tierras pucelanas, en la categoría MX1 (motos con potencia de 450 centímetros cúbicos), ahora quiere asaltar el plano nacional.

Este fin de semana es uno de los representantes regionales en Talavera de la Reina (Toledo), donde aspira a que Castilla y León se suba al podio general para sacarse así la espina clavada del año pasado, en la que tuvieron que conformarse con la medalla de chocolate. Y lo hará con y contra gente que se dedica profesionalmente al mundo del motor.

El piloto burgalés tuvo su primer contacto con el motocross a los 14 años. Su padre, Alberto, le inculcó la pasión por un deporte en el que había conseguido ser campeón regional de enduro... y el alumno pronto igualó al maestro. Como pupilo aventajado de Javi Fernández, profesor de '36 School', una academia profesional de motocross en Miranda de Ebro, no tardó en destacar.

Como quitaron el circuito de motocross de San Isidro tengo que ir a entrenar a Miranda o a Quintana María» 

Rubén Herrera probó con una moto de 85CC que pronto aparcó para dar el paso hacia la siguiente ciclindrada. Y el paso no fue en falso. Se convirtió en doble campeón regional de125CC antes de atreverse con los 450CC, en los que también ha demostrado ser el mejor de todo Castilla y León la semana pasada en la categoría MX1. Eso sí, el camino hasta el primer cajón del podio no ha sido precisamente sencillo.

La peligrosidad de unas carreras que basan su formato en dos mangas de 20 minutos además de dos vueltas, se traduce habitualmente en caídas.En muchas caídas. Fruto de ello, Rubén Herrera puede hacer un repaso a su historial médico sin demasiado esfuerzo: «El brazo derecho me lo he roto tres veces y el izquierdo otras tres. La cadera me la sacaron y el ligamento cruzado de la rodilla lo tengo roto... y mil mucho más leves», recuerda tomándoselo con humor.

Eso sí, la competición, la adrenalina y los éxitos hacen que merezca la pena a pesar de la dificultad que conlleva no poder entrenar en Burgos. «Como quitaron el circuito de motocross de San Isidro tengo que ir a entrenar a Miranda o a Quintana María. Eso hace que resulte más caro un deporte que ya de por sí lo es», resume el campeón regional, que prefiere pecar de cauto respecto al futuro.

Yo me lo tomo más como una afición porque ya a nivel absoluto o metes mucho tiempo y mucho dinero, o no puedes hacer nada. No es recompensado como debería y mucha gente lo acaba dejando»

«Los otros dos elegidos para representar a la autonomía se dedican a esto. Son pilotos que han acudido al Campeonato de Europa. Yo me lo tomo más como una afición porque ya a nivel absoluto o metes mucho tiempo y mucho dinero, o no puedes hacer nada. No es recompensado como debería y mucha gente lo acaba dejando», confiesa Rubén Herrera, que por el momento sigue sobre dos ruedas y tiene un objetivo, impulsar a Castilla y León este fin de semana por encima de otras potencias nacionales como Cataluña, Madrid o Andalucía.