Diario de Burgos
Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Intocables

08/06/2024

Sostiene Pedro Sánchez en su última "carta a la ciudadanía " que tanto él como Begoña Gómez están muy tranquilos. Pero no lo parece a juzgar por el insólito mensaje de fondo que contiene la mencionada carta: convertir las elecciones del domingo en un plebiscito a favor de su esposa. "¡Be-go-ña¡ ¡Be-go-ña¡" coreaban los asistentes al mitin de Benalmádena en el que inopinadamente compareció Pedro Sánchez acompañado de su esposa.

Todo es un juego de equívocos: ni Begoña Gómez es la "presidenta del Gobierno" -como la llama Patxi López-, ni concurre como candidata en los comicios europeos como podría deducirse de la puesta en escena del mencionado mitin. La única realidad irrevocable en toda este escenario, que cada día incorpora nuevos aires argentinos, es que la señora Begoña Gómez está siendo investigada en un sumario abierto por tráfico de influencias y presunta corrupción en el ámbito privado. Investigación que también impulsa la Fiscalía Europea.

A la señora Gómez, como a cualquier otro ciudadano en parecidas circunstancias, le asiste la presunción de inocencia porque el hecho de que este siendo investigada y haya sido citada a declarar no excluye que el caso pueda acabar archivado si al cabo de la indagatoria judicial el magistrado que instruye el sumario concluyera que no hay delito.

¿Por qué entonces Pedro Sánchez presenta la citación judicial a Begoña Gómez como fruto de una decisión encaminada a condicionar las elecciones? Para responder a esta pregunta habría que acudir a los dominios de la psicología. Pedro Sánchez siempre ha tenido dificultades para entender en qué consiste el sistema democrático y el juego de contrapesos que apareja.

A lo largo de la carta se percibe con nitidez ese rasgo: considera que está siendo víctima de una conspiración. En sus palabras: "una coreografía diseñada por la coalición ultraderechista" para hacerle perder las elecciones. La visión patrimonial del poder que viene acreditando desde que llegó a La Moncloa le lleva a interpretar cualquier crítica política como un ataque a su persona y en este caso, también a su esposa.

Y qué decir sí un juez se atreve a citarla para que aclare los términos de una denuncia. Se consideran intocables. Después de las voces que en el mitin coreaban "¡Be-go-ña¡¡ Be-go-ña¡", lo inquietante es que haya ciudadanos adultos capaces de aprobar y aplaudir semejante maniobra de corte peronista.