Diario de Burgos
Adolfo García Sastre

Pandemias y epidemias

Adolfo García Sastre


Virus marinos

14/07/2024

Tengo la suerte de escribir este artículo desde Cádiz, donde me encuentro con mi mujer y mi suegra disfrutando de unas pequeñas vacaciones, alejado del ajetreo de la gran ciudad de Nueva York, donde se encuentra mi trabajo como investigador desde hace ya más de treinta años. Y es precisamente mirando al mar desde donde estoy sentado, que he pensado que en lugar de hablar este mes del daño que nos hacen los virus con sus infecciones, dedicar mi comentario al papel que desempeñan los virus en el mar.

Los virus representan los organismos más abundantes de los océanos. Para hacernos una idea de la enormidad de este cifra, si pusiéramos todos estos virus en fila, a pesar de ser entidades microscópicas, la línea llegaría no ya hasta Plutón, sino hasta más allá de las galaxias más cercanas a nuestra Vía Láctea. 

En una gota de agua del mar se encuentran alrededor de medio millón de virus, cuyas infecciones pueden causar enfermedades en un rango variado de organismos, desde gambas a ballenas, pero los virus marinos no infectan humanos, de tal modo que no hay peligro de bañarse en el mar rodeado de esta cantidad tan grande de virus que no podemos ver. De hecho, la mayor parte de los virus marinos infectan otros organismos microscópicos, como bacterias, protozoos y algas unicelulares, que son también muy abundantes en el mar. 

Es por ello que los virus marinos son necesarios para los ciclos de nutrientes y energía de nuestro planeta, así como para mantener la estructura de las comunidades microbianas marinas. Los virus marinos, al matar a sus huéspedes microscópicos, contribuyen a la conversión de material orgánico vivo en material particulado, que a su vez es usado por otros organismos como fuente de carbono y nutrientes, de tal modo que los ecosistemas marinos se colapsarían en la ausencia de virus, y con ello se desencadenaría un desastre ecológico que acabaría con la mayor parte de la vida en nuestro planeta, incluida la nuestra.

Pero quizá lo más interesante de la diversidad de virus en los océanos es la gran cantidad de proteínas distintas que expresan, la mayoría de las cuales no tienen ninguna similitud con nuestras proteínas y cuya función se desconoce. Estas proteínas de función desconocida suponen una gran fuente de compuestos biológicos con posibles capacidades antitumorales, terapéuticas o con aplicaciones en biotecnología. 

La riqueza en compuestos y proteínas con posible aplicación para la salud y el bienestar humano que existe en la diversidad de los virus marinos garantiza que el estudio de estos organismos dé lugar a avances tecnológicos de gran importancia para nuestro futuro próximo.