Diario de Burgos

De poner copas a arengar cismas

P.C.P. / Belorado-Burgos
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Don José comparte orígenes jienenses con el falso obispo con ínfulas de noble, aunque él empezó sirviendo, tuvo una coctelería famosa y presidió la Asociación de Barmen de Vizcaya. Es uno de los protagonistas del 'caso' de las clarisas de Belorado

Don José, y Francisco Ceacero, en el monasterio de las clarisas de Belorado. Es el único portavoz del convento en este cisma. - Foto: Alberto Rodrigo

¡Aúpa! La exclamación le sale espontánea, a modo de saludo, cuando escucha la primera frase de un periodista de la EiTB, al igual que no puede ocultar el acento vasco al responder a sus preguntas. Se le nota acostumbrado a la charla distendida, nada intimidado por cámaras y micrófonos. Mira de frente, contesta a lo que quiere, se ríe y gesticula cuando busca despistar al interlocutor y desliza su mensaje rápidamente. El hombre del alzacuellos y la sotana negra podría haber aprendido en las aulas de verano de algún partido político, pero en realidad ha tenido una escuela más mundana, la barra.

Al ver los informativos y leer la prensa estos días, algunos habrán reconocido al sujeto que se autodenomina don José y que en las últimas 48 horas ha sido la única voz que ha dado una versión de lo que ocurre tras los muros del convento de las clarisas de Belorado. A muchos otros les sonará esa cara, pero difícil que sin una pista lleguen a la conclusión de que ese hombre y el que tantos gintonics le ha servido durante décadas son en realidad la misma persona.

Pues sí. Don José fue hasta hace poco Francisco Ceacero, uno de los grandes referentes de la coctelería en Bilbao. Regentó dos establecimientos conocidos, el Bernardo (en la calle Gran Vía) y el Gin Fizz (Lersundi), fue presidente de la Asociación de Barmen de Vizcaya y jurado de concursos como el de Camarero del Año. Le gustaban los cítricos y consideraba el dry martini como el rey de los cócteles. Se prodigaba en los medios de comunicación y en cursos formativos.

De esto no hace tanto. Su salto de aquel lado de la barra a este de la reja de clausura se produjo hace unos dos o tres años. No más. Aunque no ha trascendido cómo entabló contacto con Pablo de Rojas Sánchez-Franco (el opispo excomulgado) pero ambos residían en Bilbao y habían nacido en la misma provincia andaluza, el barman en Linares y el falso obispo en la Sierra de Cazorla.

(El reportaje completo, la postura del arzobispo de Burgos y una entrevista a un teólogo experto en sectas, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)